Algunas marcas como Adidas nos han dado slogans tan impactantes como ”Impossible is nothing”, frases que nos inspiran a lograr lo que nos proponemos. Y ya te debes preguntar “¿Cómo eso se traduce en mis objetivos de negocio o marketing?” “¿Cómo puede esto permear los propósitos de mi equipo y alcanzar el éxito empresarial?” 

Brian Tracy, un gran motivador en el ámbito empresarial, ventas y desarrollo humano, menciona en su libro Acierta que existen 3 pasos para poder alcanzar el éxito empresarial y a nivel personal. Y sin ponernos filosóficos, estos 3 pasos prioritarios, son los que determinan si acertamos en nuestros objetivos como en una diana de tiro al blanco o no. 

Claridad, Enfoque y Concentración. Estos 3 elementos se pueden desglosar tanto como su libro mismo o más. Sin embargo, con fines de sembrarte intriga para que te animes a leerlo por ti mismo y que puedas aplicarlo desde hoy, te comparto esta interpretación mezclada con aprendizajes de mi día a día como Manager/Consultor de marketing digital y contenidos en Interius.

Claridad en tus objetivos es igual a poder de acción 

Si el objetivo de negocio o marketing no es claro, está destinado a no lograrse. Podemos y debemos enamorarnos de estos objetivos para ser tan detallistas como lo seríamos en una primera cita. 

Con esto me refiero a cuidar cada detalle, describir lo mejor posible cada elemento que compondrá el plan estratégico, de marketing o negocios y lo que este busca lograr. Debe ser TOTALMENTE EVIDENTE si nos alejamos del objetivo de negocio o si hay obstáculos, acciones o herramientas que desconocemos y de las que debamos tener más claridad. 

Existe un elemento adicional que las organizaciones no suelen agregar y es el componente humano, la generación de valor social más allá de lo cuantitativo, el capital y la rentabilidad. Al ser mamíferos sociales, existen neurotransmisores en nuestro cuerpo que se activan al ver con CLARIDAD cómo es que nuestro trabajo contribuye al bienestar de otros de una u otra forma. Esto mantendrá la motivación y sentido de pertenencia entre todos, desde directivos hasta operativos.

No sólo plantees cuántas unidades de X producto se venderán en el año y las tácticas que ocuparas o las utilidades que generarán. Considera incluir como el producto facilitará o mejorará algo en su contexto o industria, y si las utilidades crecen, como podrán mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus oportunidades de crecimiento mientras crece a su vez la empresa. El éxito empresarial no debe estar peleado con la vida personal de quienes la gestionan, administran o simplemente hacen funcionar. 

Estos objetivos de negocio deben de ser tan sencillos que todos en la organización los puedan entender. Ya que sin importar el nivel, todos están dentro del mismo barco con la misma dirección. Estos objetivos deben de comunicarse a todos sin importar su puesto o tiempo en la empresa. Cada mención es un refuerzo del compromiso por lograrlos. Como dijo Alberto Einstein: “Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien”.

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Enfoque en los resultados y soluciones

Esto pareciera que no tiene ciencia, pero en un mundo tan cambiante, competitivo y acelerado por la evolución tecnológica es difícil mantener la atención en una sola cosa y es aquí dónde podemos retomar el ejemplo del deporte. En las olimpiadas, ¿alguna vez has visto a un lanzador de jabalina intentando saltar la cuerda al mismo tiempo?, o ¿a un corredor de relevos esperando a su compañero mientras checa su Instagram o Tik Tok? Al menos yo no…

Como sociedad y profesionales, debemos de entender que no somos una computadora con procesadores multinúcleos capaces de hacer dos tareas igual de complejas al mismo tiempo. Y si aún estás atorado en esa ideología capaz de destruir la salud de las personas y las empresas, acá un estudio que puede ayudar.  

 

Así que definir fechas de acción y establecer un “sistema obligado” basado en la prioridad de la meta es indispensable. Este sistema se basa en definir “condiciones a cumplir” donde primero debas accionar tu plan y luego poder ir a cosas menos importantes. De este modo no llegarás al final del día lamentando que, una vez más, no lograste iniciar o continuar con ese objetivo de negocio. 

Otro ejemplo de un “sistema obligado” es que inicies tu día atendiendo tu plan estratégico y las prioridades más altas. Si el plan es muy importante, más vale empezar a ejecutarlo pronto y si es a 1 año, lo mejor será dividirlo en sub metas mensuales o semanales. 

Brian Tracy dice una frase que me ha ayudado a regular la ansiedad de no lograr cumplir una fecha y darme cuenta de que un plan puede y a veces necesita cambiar para realizarse con calidad. “No hay metas imposibles, sólo fechas límite imposibles”.

Una vez empezado el plan, establece “puntos de retroalimentación”, momentos de cuestionar lo que funciona y lo que no desde varias perspectivas. Así que llama a tu equipo, ajusta el plan y sigue avanzando, pero nunca hagas un cambio bajo una perspectiva de mediocridad, resignación o apatía. Debes hacerlo bajo la idea de que el cambio lo hará más eficiente y efectivo para alcanzar el éxito empresarial. 

Como Manager/Consultor de marketing digital y contenidos en Interius, cito a Henry Ford en mis presentaciones de inicio de proyecto con cliente, así que aquí no será la excepción. Esta frase es para aterrizarnos en una realidad menos subjetiva: “Nada es particularmente difícil si lo divides en trabajos pequeños”.

Algo que puede marcar una gran diferencia en la forma en que se plantean los objetivos de negocio es el Método o Principio de Pareto o la regla de 80/20. Asegúrate que para ese plan de marketing, de negocios o cualquier plan, el 20% de tus acciones logren generar el 80% de los resultados que esperas. 

De esta forma, será más claro darnos cuenta de que si priorizamos finalizar ese 20%, habremos cruzado ese umbral de incertidumbre y de cuestionamientos como “¿Lo lograremos?” “No dará tiempo”, “Es que nos falta esto”, “Es muy complicado”, entre otros más que seguro has escuchado por ahí… y nunca has dicho tú… ¿o sí? 

Concentración para ejecutar y conseguir el resultado

Esto es una disciplina y sé que para este punto podrías querer cerrar esta pestaña en tu navegador, pero creo que puedo ayudarte a verlo desde otra perspectiva. 

Ed Foreman, un político estadounidense, dijo alguna vez “los buenos hábitos son difíciles de formar pero fáciles de vivir” y para este punto, este blog puede parecer muy motivacional y menos técnico. #Siesciertoperonoescierto.

Es un hecho que no todo son cifras y análisis, tu estado mental puede determinar en gran medida la forma de actuar y más importante aún, cuánto se puede lograr y mantener los buenos resultados. 

A modo de refuerzo del párrafo anterior, el problema con los hábitos es que el resultado no es inmediato, pero cuando se vive el resultado ya no se quiere soltar, se hace en automático. Entras en la mentalidad de Nike: “Just do it”.

 

Para poder concentrar todo tu potencial en lograr esas metas, establece tiempos específicos para ejecutar tu plan y relajar la mente. Esto genera un mecanismo de recompensas que nos hace perder el miedo a los hábitos.

Desde activar el “modo trabajo” en tu celular para limitar las notificaciones, hasta utilizar un cronómetro y tener ciclos de trabajo constante por 50 minutos y 5-10 de relajación, pueden ser los mecanismos que te eviten caer en el burnout, doomscrolling o pláticas sin sentido en la oficina. 

Tú debes de controlar tu mente e indicarle en qué momentos hay que hacer una u otra cosa. Así podrás crear mejores soluciones para tus clientes, encontrar esos hallazgos que pueden cambiar el rumbo de los resultados y sentirte orgulloso de lo que has logrado. “La práctica no hace la perfección. La práctica hace lo permanente”, dice Brain Tracy en este libro. 

Gracias por llegar hasta aquí, has sido un gran gusto volver a escribir en este blog y me encantaría leerte en los comentarios para una 2da parte o para tocar algún tema de marketing, contenidos o IA que te gustaría que te contara desde la perspectiva de un Manager/Consultor de marketing digital y contenidos en Interius.  Si no, un saludo bastará. ¡Gracias! ¡Hasta pronto!