Es una filosofía de gestión de proyectos basada en un enfoque iterativo e incremental. Su principal objetivo es entregar valor al cliente de manera rápida y frecuente, analizando datos e implementando cambios en cualquier etapa del proyecto.
Todo gran proyecto merece una metodología que lo acompañe a puerto seguro. En las últimas décadas, entre las posibles herramientas que han ganado fama en las empresas para su gestión de proyectos, la metodología agile se ha posicionado por derecho propio.
Según el último reporte State of Agile, de Digital.ai, de las empresas que la han implementado, un 59% reporta sentir satisfacción o mucha satisfacción con su uso, mientras que para un 41% la ganancia que les da la metodología agile estriba sobre todo en que les permite medir el valor de cada proyecto para los clientes y el negocio y acelerar la salida al mercado de sus productos.
Descubre en este artículo los básicos a considerar en torno a la metodología agile y cómo implementarla en solo seis pasos.
La metodología agile es una filosofía de gestión de proyectos basada en un enfoque iterativo e incremental. Su principal objetivo es entregar valor al cliente de manera rápida y frecuente, analizando datos e implementando cambios en cualquier etapa del proyecto.
Decimos que la metodología agile es iterativa porque depende de ciclos cortos y repetidos, llamados sprints, en cada uno de los cuales se desarrolla y prueba una solución; y es incremental, además, porque cada ciclo suma información y conocimiento que acerca más y más al proyecto a su mejor estándar de desarrollo.
Esta metodología permite que las etapas de planificación, diseño e implementación se desarrollen de manera simultánea, a diferencia de los métodos tradicionales que siguen una secuencia lineal.
De acuerdo con un análisis de HubSpot, una implementación agile modifica los flujos de trabajo para ofrecer "flexibilidad y una rápida adaptación a los cambios, lo que se traduce en una entrega continua de valor".
El sprint es el corazón de la metodología agile; se define como la entrega de una pequeña parte del proyecto realizada en un periodo corto y definido (generalmente de una a dos semanas) en el cual un equipo se enfoca en lograr una meta específica.
Se considera una prueba o experimento rápido cuyo objetivo es producir un resultado tangible y funcional. Al final de cada sprint, el equipo evalúa los resultados y ajusta su estrategia para el siguiente ciclo.
Te proponemos un proceso simplificado de solo seis pasos para la implementación de la metodología:
Elige a tu equipo
Identifica tus objetivos
Define el sprint
Prioriza las tareas
Reflexiona los aprendizajes
Realiza una retrospectiva
Procura que sean pocas personas y con enfoque multidisciplinario; establece responsabilidades claras para cada integrante y mantén una comunicación fluida. ¿Qué queremos decir por pocas personas? Piensa en la “regla de las dos pizzas” de Jeff Bezos: tu equipo debe ser del tamaño suficiente para alimentarse con no más de dos pizzas.
Antes de comenzar, establece una visión clara de cómo la metodología agile te ayudará a alcanzar los objetivos del proyecto. Para ello, responde preguntas como:
¿Cuál será el entregable final?
¿Qué métricas medirán el éxito del proyecto?
¿Cuáles alcances priorizará el proyecto y cuáles quedarán en segundo lugar de importancia?
Establece la duración de cada sprint y una meta clara a alcanzar en este. El indicador clave de rendimiento (KPI) que establezcas para cada ciclo debe ir alineado a los objetivos generales que definiste para el proyecto. También, determina una serie de validaciones para los entregables de cada sprint considerando dos criterios: impacto comercial y facilidad de implementación.
De acuerdo con lo definido en los objetivos, el equipo debe desarrollar una lista de tareas priorizadas para cada miembro. Esto permite maximizar la productividad.
En agile no hablamos de fracasos. Cuando un experimento no arroja los resultados esperados, en su lugar, obtienes información valiosa para redirigir el enfoque y mejorar en el siguiente sprint.
Incluye a tu equipo en una sesión final de documentación de lecciones aprendidas. Esto fomenta la mejora continua, fortalece las habilidades del equipo y posibilita mejores procesos hacia el futuro.
Según el ya citado reporte State of Agile Report, la metodología agile sigue siendo relevante para la gestión de proyectos en las distintas industrias porque representa las siguientes ventajas:
Un 59% de las empresas que implementaron agile señala un aumento en la colaboración entre sus equipos.
Un 57% de las empresas que usan agile identifica una mejor alineación de los proyectos con las necesidades y objetivos del negocio.
Un 36% de empresas ágiles reporta un entorno laboral más favorable y con mayor motivación en los equipos.
Entre las empresas que usan agile para el desarrollo de productos, un 25% afirma que la calidad de los mismos, sobre todo tratándose de softwares, ha mejorado con esta implementación.
Para un 21% de organizaciones, usar agile les permite contar con una una mayor visibilidad en todo el proceso de desarrollo de sus productos, incluso después de su salida al mercado.
Algunos ejemplos de empresas líderes mundiales que han abrazado con éxito metodologías ágiles para mejorar su rendimiento e innovación son:
Utiliza una aplicación específica de agile, llamada SCRUM, para organizar equipos multidisciplinarios, lo que le permite una respuesta ágil a las necesidades del mercado y mantener su liderazgo innovador.
El gigante de las ventas y el entretenimiento en línea ha desarrollado su propia versión de agile a gran escala sin sacrificar la formación de equipos pequeños y veloces, lo que pese a su tamaño le ha permitido conservar la agilidad de una startup.
Creó un modelo organizativo ágil único basado en equipos autónomos, mediante el cual ha logrado incrementar hasta en un 50% la producción de campañas publicitarias mensuales y gestionar eficientemente a sus equipos globales.
Actualmente, dentro de las empresas a escala mundial, funcionan con metodologías ágiles un:
Quizá ya tienes el equipo y su talento multidisciplinario, o incluso conoces a quien dentro de tu organigrama ha tenido experiencia con proyectos ágiles, pero ¿qué facilitaría a tu organización migrar hacia la implementación de esta metodología?
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A diferencia de los métodos tradicionales que siguen un modelo secuencial y lineal, la metodología agile utiliza un modelo de desarrollo incremental. En agile, las fases de desarrollo y prueba ocurren de manera simultánea, lo que permite mayor flexibilidad para incorporar cambios.
Un proceso sencillo podría tomar desde seis pasos:
No existe un tiempo fijo. La duración de cada sprint depende de la complejidad y de los objetivos del proyecto. Sin embargo, sprints más cortos son de 1 a 4 semanas y permiten una retroalimentación más frecuente, lo que es una de las mayores ventajas de la metodología.
Aunque la metodología agile nació en el desarrollo de software, sus principios y valores se han adaptado con éxito a una amplia variedad de industrias, incluyendo la farmacéutica, aeroespacial, marketing y finanzas. Incluso, empresas de servicios como Walmart y BBVA la han adoptado para mejorar su eficiencia y productividad.