Parece que en todos lados escuchamos sobre empresas ágiles o procesos ágiles; si bien es la nueva tendencia en los negocios, puede ser complejo de llegar a implementar en el día a día, por eso te compartimos seis pasos sencillos para implementar las prácticas ágiles en tu empresa.
Más allá de una metodología, “ágil” o “agile” es una filosofía o un estilo de organización en donde una empresa o grupo se organiza de manera diferente para encontrar soluciones rápidas y efectivas a las necesidades del cliente.
De acuerdo con HubSpot, la metodología ágil modifica los flujos de trabajo para lograr la flexibilidad, rapidez y eficiencia para encontrar la mejor solución en cada situación sin comprometer el resto del proyecto.
El sprint es tu prueba o experimento rápido. Se caracteriza por ser un periodo corto de tiempo en donde haces un esfuerzo intencionado en lograr una meta determinada. Tu sprint debe de ser:
Corto – 1 a 2 semanas
Tener una meta clara de lo que quieres lograr con tu iniciativa ágil. Para esto, es importante tener suficientes datos y métricas para medir e identificar las mejoras obtenidas.
Selecciona los perfiles multidisciplinarios que participaran en tu sprint. Es importante que sea un equipo lo suficientemente pequeño para que haya responsabilidades definidas y una comunicación clara. Para definir el tamaño de tu equipo, puedes seguir la regla de las dos pizzas de Jeff Bezos - equipos no mayores que los que puedan alimentar con dos pizzas.
Todos los participantes deben de estar familiarizados con los principios del manifiesto ágil que se basan en:
Colaboración continua
Aceptar los errores
Rapidez y velocidad
Evitar hacer las cosas “como de costumbre"
Aceptar lo inesperado
Poner al cliente en el centro de todas las decisiones
La metodología ágil se basa en la importancia de los datos, indicadores y métricas para identificar el impacto de las acciones. Para cada oportunidad o problema identificado, el equipo debe desarrollar ideas sobre cómo mejorar la experiencia y formas de probar esas ideas.
Para cada hipótesis, el equipo diseña un método de comprobación y define indicadores clave de rendimiento (KPI). Una vez que se ha generado una lista de pruebas, se prioriza en función de dos criterios: impacto comercial y facilidad de implementación.
La metodología ágil define que cuando no obtienes el resultado esperado en tu experimento, esto no es un fracaso, ya que obtienes datos importantes de este sprint.
Al final de cada sprint, el equipo debe informar de los resultados para incorporar las lecciones aprendidas y comunicar los resultados a las partes interesadas. Esto será un proceso fundamental para el desarrollo de equipos y procesos.
En la actualidad la mayoría de las empresas operan en entornos altamente dinámicos, donde la innovación y la agilidad debe de estar en todas las actividades y procesos organizacionales.
Más allá de la creación de nuevos productos y servicios, la metodología ágil nos ayuda a tener procesos funcionales en donde se cree un entorno en donde los equipos pueden producir innovaciones más rápidamente y generar un impacto positivo en la organización. Si te interesa tener agilidad en tus procesos digitales, conoce los servicios que tenemos en Interius, contáctanos para más información.