En sus inicios, el e-Commerce despertó desconfianza en los consumidores por temor a ser víctimas de fraude o sentirse insatisfechoscon el producto, sin embargo, con la evolución del Internet y de los sistemas de seguridad, en poco tiempo su comportamiento de compra tuvo un cambio drástico.
Dada la facilidad con la que actualmente pueden acceder a la información, los consumidores se han vuelto más exigentes, críticos y con un mayor poder de decisión. Ahora tienen la oportunidad de comparar el precio y las características de los productos desde sus dispositivos, provocando que las marcas estén más expuestas y tengan que hacer un mayor esfuerzo por complacerlos, modificando sus estrategias actuales para adaptarse a estos cambios en el comportamiento del consumidor.
Hoy en día, la mayoría de los internautas se conectan a la red por medio de sus dispositivos móviles y computadoras para buscar información, realizar transacciones, compras y pagos. Tan solo entre el 2017 y el 2019 el país aumentó sus consumidores en línea a un 38 por ciento.
Además, el Estudio de Consumo de Medios y Dispositivos entre Internautas Mexicanos, de IAB México, mostró que el 49% prefieren las compras en línea porque lo consideran más rápido y práctico, mientras que el 81% comparan precios en Internet antes de tomar su decisión de compra.
En este sentido, las empresas necesitan focalizar sus estrategias de marketing y ventas hacia los distintos canales digitales, ya que los consumidores ahora prefieren informarse, comprar e interactuar con las marcas a través de sus páginas web, redes sociales, blogs empresariales, entre otros.
El marketing y venta tradicionales se han caracterizado por ser invasivos y poco empáticos con las necesidades del consumidor. Las llamadas son frías, la segmentación del púbico es básica (edad y sexo), la publicidad no entrega contenido relevante, y no se mantiene una comunicación constante con los usuarios.
Por otro lado, una estrategia de marketing digital permite que las empresas se mantengan actualizadas en una era de transformación digital, lo que las hará más visibles, mejorando así el servicio al cliente.
Te dejamos aquí algunas características, que nos servirán para comparar el desempeño de estos dos tipos de estrategia de marketing:
El marketing tradicional entrega folletos, boletines y anuncios televisivos para llegar de forma masiva a la gente. Por otro lado, el marketing digital hace uso de contenidos de calidad para llegar a la audiencia buscada.
Aquí, los blogs nacen con el auge del Internet como una herramienta para atraer visitas al sitio, entregando artículos relevantes, que satisfagan las necesidades de los consumidores.
Anteriormente una marca se hacía visible por medio de los canales tradicionales (radio, TV, periódico) de forma masiva, sin embargo, actualmente el 82% de las personas siguen marcas en sus redes sociales para estar al tanto de las novedades, así como para informarse de promociones, ver opiniones de usuarios y más.
El marketing digital implementa estrategias de posicionamiento para colocar nuestros diferentes contenidos (imágenes, artículos, infografías) en los primeros lugares de la web.
Anunciarnos en los formatos tradicionales es costoso y no se llega al público deseado. En cambio, la publicidad digital es más versátil y accesible. Ya sea que utilicemos anuncios en redes sociales o en los motores de búsqueda, estos se pueden segmentar demográficamente y se les puede asignar un presupuesto por la cantidad de tiempo que queremos que esté circulando en la red.
Las estrategias tradicionales están enfocadas a obtener ventas, sin preocuparse por crear relaciones estrechas y de confianza con los clientes. Por el contrario, el marketing digital utiliza sus herramientas para mantener una comunicación bilateral en todo momento, obtener leads realmente interesados en la marca y ofrecer un equipo de ventas enfocado en resolver dudas e inquietudes sobre los productos.
Después de haber leído este artículo, ahora conoces las características de cada una de estas estrategias de marketing, lo que te servirá como guía para tomar la decisión correcta sobre los esfuerzos que se utilizarán para apoyar en el cumplimiento de los objetivos de la empresa.