Una estrategia digital correctamente desarrollada permite maximizar los beneficios de las estrategias de marketing y las iniciativas basadas en herramientas tecnológicas.Al desarrollarlas, incrementamos la productividad y rentabilidad del negocio, al mismo tiempo que optimizamos la experiencia del cliente y posicionamos la marca en el mundo digital. Sin embargo, solo el 26% de las organizaciones están "completamente preparadas" para ejecutarlas, mientras que las demás no logran explotar todo el potencial de la digitalización.
Esto se debe a que una estrategia digital exitosa implica derribar las barreras que puedan existir entre los líderes TI, los departamentos orientados al comprador y el liderazgo ejecutivo, con el fin de generar una experiencia digital optimizada para el cliente y alineada con los objetivos de la organización. Todo esto exige el desarrollo de un plan estratégico digital sí o sí.
La digitalización supone un cambio en los procesos del negocio y hasta en la misma cultura organizacional, pero muchos empresarios no tienen un camino claro para abordarlo, llevarlo al éxito y conseguir que aporte significativamente a la consecución de los objetivos estratégicos de la organización.
Ahí es donde toma un papel fundamental el plan estratégico digital. Éste nos permite identificar las principales amenazas y debilidades que tiene una empresa para enfrentar el entorno digital, pero también ayuda a determinar las virtudes y fortalezas que posee para aprovechar las oportunidades que brinda este ambiente.
Entendiendo que el plan estratégico digital guía el diseño y ejecución de las estrategias digitales, éste debe ser elaborado considerando todas las aristas involucradas:
Conocer las metodologías existentes para diseñar una estrategia digital requiere de un periodo de educación, pues las metodologías dan orden al pensamiento, pero no garantizan el éxito de la implementación de una estrategia.
La capacidad, selección y adaptación de la metodología al contexto particular de la empresa pude ser la diferencia entre la consecución de objetivos y el desperdicio de recursos.
Un punto poco considerado pero que es fundamento de cualquier estrategia de negocio, es la consideración de los objetivos de negocio generales y específicos ligados a los procesos digitales.
El proceso de obtención del rumbo estratégico tiene doble objetivo, por supuesto es de vital importancia alienar los objetivos digitales con los de negocio, sin embargo, el proceso también genera apropiación del proyecto en los líderes de la empresa.
Puntos como el grado de digitalización de los procesos y la cultura digital de la organización son determinantes para elaborar un correcto diagnóstico del escenario corporativo, aspecto relevante a la hora de establecer la estrategia digital para el negocio. Parte del diagnóstico, si no es claro hasta el momento es el conocimiento del mercado.
Esto es fundamental para dimensionar las oportunidades digitales del negocio. Al respecto, es importante tener en cuenta tanto la parte cuantitativa (eficiencia en costos, valor de los activos digitales, etc.) como la cualitativa (evolución de la cultura digital, procesos, estructuras, etc.).
Habiendo evaluado los puntos anteriores, es posible tener una visión holística del punto de partida de la organización con respecto a su rubro. Ese es el fundamento para establecer las metas a lograr, los cuales se recomienda establecer siguiendo la metodología SMART.
Se deben plantear claramente las líneas de desarrollo y el plan de acción que se debe seguir para conseguir los objetivos digitales fijados que, por lo general, son a corto plazo y representan pequeños pasos para alcanzar metas estratégicas de mayor impacto y envergadura.
En pocas palabras, se trata de componer un plan estratégico, pero enfocado claramente al ámbito digital. Como ya se señaló, debe coincidir con las metas generales de la organización, puesto que cada acción o maniobra de digitalización a realizar, repercutirá seriamente en el modelo del negocio.
Es importante considerar que 39% de los empresarios afirma que implementar sus estrategias digitales en toda la organización es su mayor desafío de transformación digital. Aunque no es tarea sencilla, con la debida asesoría la empresa puede alcanzar la madurez en este rubro y, por ende, conseguir un diferencial competitivo que mejore su posición en el mercado.