Un objetivo común para las empresas es tener una base de datos en constante crecimiento: entre más leads, mayor éxito para el negocio, ¿no? Pero, ¿realmente es mejor cantidad que calidad?
Antes de empezar, debemos entender un poco más acerca de las bases de datos y su función en las empresas. Para fines de este artículo, cuando decimos base de datos, hacemos referencia al conjunto de información organizada y estructurada sobre prospectos, negocios y clientes, que generalmente se almacena en un CRM, y nos permite tener un seguimiento adecuado de nuestras interacciones con ellos, su información personal, historial de compra, etc.
Su objetivo va más allá de solo almacenar datos, si no que sirve para facilitar el análisis de estos, crear experiencias personalizadas, y tomar decisiones más oportunas e informadas.
Sin embargo, para que una base de datos sea de verdadero valor, sin importar su tamaño, es clave que sea de buena calidad y que esté bien manejada. Te platico sobre unos conceptos que debes tomar en cuenta:
En pocas palabras, la integridad de datos hace referencia a que la información esté completa, sea precisa y consistente durante el tiempo que permanezca en la empresa. Ya sea que la base de datos sea grande o pequeña, tenerla en buenas condiciones permitirá ofrecer experiencias personalizadas, oportunas y memorables que encanten a tus clientes, y además te permitirá tomar decisiones de negocios más acertadas.
Existen dos tipos de integridad: física y lógica. La primera se enfoca en la protección de los datos, tomando en cuenta su almacenamiento, uso y flujo entre plataformas. Muchos negocios utilizan la nube para hacerlo. Por otro lado, la integridad lógica se refiere a que la información esté correcta y en buen formato, para lo que se utilizan procesos y sistemas para facilitarlo.
Otro concepto que vale la pena mencionar es la calidad de los datos, que difiere de la integridad porque se enfoca en la relevancia de la información y qué tanto sirve para los objetivos del negocio, que principalmente es tomar decisiones. No es lo mismo solo tener datos, que tener información relevante.
Existen ciertas características que se atribuyen a datos de buena calidad y que pueden servirte de guía para saber cómo está tu empresa en ese aspecto. Tu información es de buena calidad si es:
Precisa. Esta se relaciona estrechamente con la integridad de los datos y la mejor forma de asegurarla es evitando lo más posible la captura manual de la información, para evitar errores humanos.
Completa. Asegúrate de tener los datos indispensables y necesarios, para que no estés con información incompleta que comprometa la operación y toma de decisiones.
Relevante. No toda la información es importante, por lo que debes revisar que lo que tienes cumpla con un propósito para tu estrategia.
Consistente. Si tienes datos en diferentes plataformas, es clave que sean iguales, para asegurarte que está bien. Para esto, existen integraciones que permiten sincronizar esta información en tiempo real.
Accesible. Se refiere a que la información esté disponible para las personas que la necesitan, en el momento y lugar que la necesitan. Evita tenerla en diferentes lugares aislados e inaccesibles. De igual forma, las integraciones resultan una buena opción.
Actualizada. ¿Los datos ya no son vigentes? Es clave que la información siempre esté lo más actualizada posible.
Si consideras que en tu empresa existen áreas de oportunidad en este ámbito, ¡no te preocupes! Nunca es tarde para trabajar en eso. En próximos artículos, hablaremos un poco más sobre el manejo de bases de datos, ¡no te los pierdas!