¿Te ha pasado que tu retroalimentación hacia un miembro del equipo no sale como esperabas?
Si tu respuesta es sí, sigue leyendo porque esta situación es más común de lo que parece y no solo te ha pasado a ti. Habrá veces que no se logre transmitir el mensaje correcto o que debido a las palabras o expresiones no se logre conectar ni lograr el objetivo planteado.
La retroalimentación se puede convertir en tu mejor aliado si tu intención es fomentar el desarrollo y crecimiento. Si lo haces constructivamente, puedes generar cambios positivos y significativos.
A pesar de que muchos creen que la retroalimentación es solo para fines correctivos, no es así, se trata de un proceso comunicativo donde su principal objetivo es guiar, orientar y motivar a la persona para conseguir mejores resultados.
A continuación, te compartimos algunos consejos que te harán tener una retroalimentación constructiva en contextos tanto personales como profesionales y así, generar un impacto positivo en los demás.
En un entorno favorable, no habrá distracciones logrando que la persona esté completamente presente y asimile la información. Es importante evitar momentos inapropiados o entornos públicos para que la persona no se sienta atacada, incómoda ni avergonzada.
Para que sea útil una retroalimentación, debes hacerlo de inmediato, después de que suceda algún evento relevante, ya que prolongarlo solo aumentaría las probabilidades de que la persona no tenga presente el hecho o sea demasiado tarde.
Previo a la sesión, asegúrate de anotar los puntos a tratar, ya que si tú no tienes un claro entendimiento, ¿cómo esperas que la otra persona lo tenga? Es esencial que identifiques comportamientos concretos que respalden tus observaciones y no se trate de un enfoque hacia la persona. Trata de entender el porqué de su comportamiento, ofrece ejemplos y evita generalidades que hagan parecer que no estás del todo seguro provocando confusiones.
Pon en silencio tus dispositivos y haz de esa sesión, tu prioridad.
En todo momento trata de tener contacto visual, apertura y empatía para que la otra persona se sienta valorada, comprendida y escuchada. Esto facilitará una comunicación efectiva y a la par, promoverá una cultura de aprendizaje, donde la retroalimentación se ve como una oportunidad de crecimiento y no como una crítica destructiva.
Centrarse solo en lo negativo hará que desmotives a la persona, por lo que te recomiendo reconocer y felicitar sus logros y así mismo identificar sus áreas de oportunidad para que se haga conciencia sobre lo que se está haciendo bien y lo que se puede mejorar.
Al tener este equilibrio lograrás que la persona tenga más apertura para implementar los cambios y obtener mejores resultados.
Al tener la sesión de retroalimentación ya estás un paso más cerca de generar cambios, pero no se acaba ahí. Para ver cambios, es necesario tener un plan de acción que le ayude a tener visión y sus objetivos claros. Identifica si las metas existentes siguen siendo prioritarias y si no, haz los ajustes necesarios.
Ahora bien, adéntrate a conocer sobre metodologías que te facilitarán tener una sesión efectiva:
La técnica del "sándwich": Consiste en tres puntos;
Técnica DESC: Se basa en 4 puntos:
Estas son solo algunas metodologías y consejos para lograr tener la retroalimentación deseada, tú puedes adecuar la sesión como gustes e incluir las preguntas necesarias, solo asegúrate de recordar que la retroalimentación no debe ser destructiva sino constructiva.
Estas herramientas nos sido de gran utilidad dentro de Interius, lo cual nos ha llevado a obtener el reconocimiento de Great Place to Work. Como último consejo: llévatelos a la práctica y conviértete en un generador de cambios positivos, fortaleciendo las relaciones y ayudando a otros a alcanzar sus objetivos, logrando así, un beneficio mutuo.